Lo que tarda una vela en consumirse,
el tiempo de las luces al fundirse
y la luz declararse ausente en el lugar…
Ya se fue otra vez más y de nuevo
a volverse a levantar sin tropezar.
Sin embargo, la curiosidad se asoma,
la intriga inunde todo de aroma,
aquel desprendido por el poder del fuego
uniendo inconsciente nuestros cuerpos,
buscando solo un poco de consuelo
para acabar todo en un gran desvelo.
Mi mente intenta evadir
todo lo que provoque sentir,
prefiero no empezar a pensar
hasta que no me sea posible el razonar.
Por lo que todo acaba
en un… “Ya se verá”.