No hay dolor más grande que aquel que no encuentra
respuesta. No existe un equilibrio entre el momento de tu silencio y el tiempo
de mi dolor. Solo concédeme las palabras que andaba buscando y que perdidas se
encuentran en la imaginación que divaga entre la razón y la incoherencia a
causa de un vacío que no consigue completar, porque ya no estas ahí para poder
guiar.
Devolveré todo el color a una vida que ennegreciste con tu
ausencia, pero cada pisada delatará la huella de un negro dolor. Por ello me
prohibiré mirar atrás mientras no haya alguien que consiga ocultarlas con la
nieve de sus besos.
No volverás a rondar por la senda de mi corazón, intentando
entrar de rodillas pidiendo la suplica de mi perdón, porque no hay perdón para
el que no quiere ver que es algo más que un poquito de compasión. Borraré todo
rastro de mi, pisotearé la vida que viví por ti, renunciare a todo lo que me
recuerde a ti, dejaré que la fragilidad de mi mente se rompa para que no haya
nada que acorazar porque ya no haya nada que poder sentir. Dejaré, a la merced,
un cuerpo vacío de sentimientos, vacío de vida, vacío de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario