Quizás una de las más bellas estampas que puede ofrecer la Toscana es la de sus viñedos y pueblos medievales en la primavera donde todo el color de esta región italiana florece dando una explosión de colores directo a la retina. Sin embargo, el invierno esconde la añoranza de esta tierra sembrada de blanco donde normalmente hay verde, ofreciendo una mágica sensación de paz y tranquilidad provocada por el frío y la nieve.
La primera visita la hacemos a Montepulciano, que como su nombre indica, se sitúa encima de un monte y nos regala el gusto de poder viajar a murallas protectoras, cuestas adoquinadas e increíbles vistas al paraíso de la campiña de una región que en estos momentos se siente atrapada por kilómetros de nieve que te esconde todo aquello que te puede ofrecer la Toscana, pero que no te quiere enseñar hasta que tu vista este preparada para tal hermosura.
A prueba, una imagen, o varias para congelar este lugar en el recuerdo...
¿Quieres verlo?
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