Pude recordar mi vida en tu lugar,
supe que no hay más, sino consigues olvidar.
Pequé por exigir hacer de un niño un aprendiz,
por sentir tu capacidad de alargar al infinito
todos los momentos en que llegaba a ser feliz.
Omití los gritos que me pedían seguir a mi instinto,
me cegaba tu cariño y el volverme a sentir distinto,
el percibir el amor como cuando solo somos niños.
Inundaré mi alma en un mar de deseos,
pediré que encuentres tu camino
y que seas feliz con cada destino,
porque no puedo guardarte rencor
por no saber distinguir cariño y amor.
Ojalá vuelva a poder encontrarte
y que me cuentes que conseguiste enamorarte.
Que no haga falta que digamos nada
porque todo lo sintamos con una simple mirada.
No sé si me recordaras como algo positivo,
yo siempre te tendré en mi corazón vivo
olvidando la razón por la que ahora te escribo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario