La noche amanece rara,
la luna permanece apagada
y las estrellas escapan
viendo que no son vigiladas.
Todo negro sin destellos,
el sonido roto en mis oídos,
miedo tengo a mi destino.
Todo se presenta en tonos fríos.
Quieto parezco encontrarme en el vacío,
nada me provoca alterar mi latido,
todo se encuentra en un silencio que incomoda
hasta al árbol que se encuentra ya sin vida
en lo más profundo de mis tripas.
Desfilo en el borde del abismo,
¿Quien es esta persona que soy yo mismo?
No encuentro sentido en mi sentido,
resbalo sin frenar el camino hacia el olvido…
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